¿QUIÉN LE PONE LA PIERNA ENCIMA A JAVIER SARDÁ?

La tribu de Javier Sardá no consigue levantar cabeza. Ya es su tercera semana en pantalla y el programa continúa perdiendo audiencia. Si tras su larga promoción, en su estrenó sólo consiguió hacer un 14,9% de share, en su segunda emisión no llegó ni al 10%. Los datos del pasado viernes son aún más catastróficos, con un 9,3 % de cuota de pantalla (un poco más de un millón de espectadores), frente al 24,9% que hizo Jaime Cantizano en DEC.

Sardá pensó que una resurrección de Crónicas Marcianas con un poco de menos basura le iba a convertir en un Dios de la televisión, pero se equivocó. Poner un programa en prime time los viernes por la noche ha sido muy arriesgado si tenemos en cuenta que el público objetivo de Crónicas Marcianas a esas horas está saliendo de fiesta. Pero las pocas ganas de Sardá de trabajar toda la semana y a altas horas de la madrugada han hecho que este formato no triunfe.

Quería hacer algo muy distinto a Crónicas Marcianas (o al menos que lo pareciera), pero no le ha salido como esperaba. Para empezar, se rodeó de compañeros antiguos, como Boris o Latre, en el mismo plató que antes y con la misma productora: Gestmusic. Consciente o no de que lo que estaba haciendo era una fotocopia, decidió apostar por una nueva colaboradora: Mercedes Milá. De este modo, para evitar los debates acalorados de los concursantes de Gran Hermano, se ficha por su presentadora con el fin de que la huella de este reality no se olvide. Finalmente, Sardá se queda solo, no sólo por su audiencia, sino porque Milá lo ha abandonado viendo que los objetivos que pretendían no se han cumplido.

Tras esta caída al vacía la estrategia de Javier Sardá ha ido más allá. “Si el público no ha captado aún que lo que les ofrecemos es Crónicas Marcianas II, démosle más carnaza”, debió pensar el presentador. Así que el pasado viernes se llenó de sus frikis tradicionales para ver si aún podía hacer algo: Leonardo Dantés, Tony Genil, Yola Berrocal… sólo faltaba Tamara la del “no cambié” y Loli Álvarez tirándose de los pelos. Y si todavía era poco, entrevistó a unos de los personajes más emblemáticos de Crónicas Marcianas: Galindo. Un hombre más envejecido aún, que recordaba con nostalgia sus momentos en el antiguo programa y que dejó claro que ya se había retirado del mundo del espectáculo. Por lo que a Javier Sardá se le ha acabado otro elemento más para hacer su Crónicas Marcianas II.

La tribu sólo se diferencia de CM de que su lugar de emisión es distinto y que tampoco está Galindo. Por lo demás, todo igual. Continúa con su lenguaje zafio y soez y con imágenes que rozan lo pornográfico, pero en un horario de antes de las 12 de la madrugada. Cantizano le quitó a Sardá su Carmen de Mairena cuando era el segundo programa para sentarla delante de María Patiño y hablar de operaciones quirúrjicas, la respuesta de Sardá el pasado viernes fue parecida: sentar a una prostituta de uno de los barrios más pobres de Barcelona con la cara pintada como un payaso y que aseguraba disfrutar de la profesión más antigua del mundo, sólo a las 23 horas de la noche.

Por tanto, la tribu de Jarvier Sardá está a punto de desaparecer y deben espabilarse si no quieren ser devorados por otros indígenas que andan por la televisión de los viernes. Sólo con un cambio de parrilla, del prime time de los viernes al late night de toda la semana puede ser la solución. Porque lo grosero y barriobajero ya lo tienen garantizado.

Encuentra las siete diferencias



Video: Javier Sardá entrevista a Risto Mejide. Duración: 3:08



Video: La play boy Arancha Bonete se desuda en Crónicas Marcianas. Duración: 2:02

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Carta de despedida de Mercedes Milá a La tribu

LA TELEBASURA BUSCA NUEVOS CONTENIDOS

Los programas del corazón están en declive y muchos ya han desaparecido. En la parrilla se detecta un cambio de gustos de los espectadores, que prefieren los sucesos y la vida privada de la gente anónima. Sintijeras te muestra los nuevos programas de la telebasura.

La desaparición de Aquí hay tomate marcaba un antes y un después en el mundo del corazón. Parecía que la fórmula de este tipo de programas se estaba agotando y, por tanto, que la telebasura tenía los días contados. A este programa le habían antecedido Channel nº 4, A tu lado, Dolce Vita, etc. Todos ellos tenían en común que su temática principal era la vida privada de los famosos. Las cadenas comienzan a plantearse si es esto suficiente para saciar el apetito insaciable de los espectadores.



La telebasura no ha muerto, como muchos han creído, sino que ha resucitado de sus cenizas y ha buscado otros contenidos y temas para entretener al lector. Programas como Callejeros, El juego de tu vida, La Noria o Mujeres y hombres y viceversa tratan temas muy distintos a los de los programas desaparecidos, pero pueden considerarse también telebasura.

En el manifiesto contra la telebasura se dice que esta “se define por los asuntos que aborda, los personajes que exhibe y por el enfoque distorsionado al que recurre”. Este manifiesto lo han firmado ya más de 40.000 personas y lo puede hacer cualquiera indicando su nombre y apellidos, profesión y DNI a la siguiente dirección: tvbasura@arrakis.es

El filósofo Gustavo Bueno en su libro Telebasura y democracia distingue entre telebasura fabricada y telebasura desvelada. Según él, la primera es “un proyecto deliberado e intencionado con una finalidad económica”, es decir, modifica lo real. Sin embargo, la telebasura desvelada no modifica la realidad, sino que la muestra tal y como es, pero normalmente en las situaciones más morbosas y sensacionalistas. Dentro de esta clasificación se incluirían los reality shows (si consideramos que no hay guiones establecidos) y programas como Callejeros, que muestran siempre el lado más marginal de la sociedad.

Una forma de comprobar cómo el término telebasura se cree ya combatido es a través de los pocos libros que analizan la situación actual. Asimismo, tampoco hay artículos en los periódicos ni movimientos intelectuales que continúen esta guerra que se inició en 2003, justo con la Guerra de Irak, cuando el entonces presidente del Gobierno José María Aznar dijo que había que tomar medidas, con el fin de desviar la atención de un tema tan importante como era Irak.

Hace unos años sí se analizaba el fenómeno de la telebasura. Libros como el de Gustavo Bueno (Telebasura y democracia) y Carlos Elías (Telebasura y periodismo) lo demuestran. Lo que resulta curioso es que los programas que antes analizaban ya no se encuentran en la parrilla. Estos eran Tómbola, Crónicas Marcianas, A tu lado, Hotel Glam, etc. Este último ha sido considerado como lo más zafio de los reality shows. En su momento, cuando Aznar intentó atacar a la telebasura, su presentador Jesús Vázquez se defendió diciendo: “nosotros ofrecemos este entretenimiento para evadirnos de la gente que ustedes matan en Irak”. También lo hicieron sus concursantes.



De los programas tan criticados ahora quedan muy pocos: El diario de Patricia – ahora Diario- y ¿Dónde estás corazón? – ahora DEC-. ¿Dónde está entonces la telebasura? Este fenómeno ha buscado nuevos caminos y sigue en la parrilla. Cualquiera que vea la televisión se habrá dado cuenta de que hay un gran número de horas dedicadas a los sucesos. El morbo tiene tres claves fundamentales: sexo, violencia y muerte. Si se producen las tres cosas, se está ante un buen tema desde el punto de vista de la telebasura. Los magazines de la mañana ya no abren con noticias del corazón o debates sobre los reality shows, sino que le dedican su primera hora a los sucesos.

También se ha producido un cambio del interés de la vida privada de los famosos al interes de la vida privada de la gente anónima. Este cambio en los gustos de los consumidores les ha salido de perla a las privadas, ya que ahora los entrevistados cuestan menos dinero y hay más donde escoger. Es el caso de El juego de tu vida (Telecinco) o Callejeros (Cuatro). Este último programa de reportajes ha tenido muchos reconocimientos, pero en el fondo se nutre de la miseria de la gente a la que graba hasta en su water. En los últimos Premios TP de Oro 2008, cuando los reporteros de Callejeros subieron a recoger un premio una reportera contó que en unos de los barrios marginales a los que habían ido a grabar habían encontrado una pintada en la pared que ponía “Callejeros, grabadme el culo” y dijo que “seguiremos grabando el culo y lo que haga falta”. Con este ejemplo, se muestra muy bien las pretensiones de este programa.



El caso de El juego de tu vida es una versión de La máquina de la verdad, pero con gente anónima. Aquí los participantes se somenten a un polígrafo, que les saca todos los trapos sucios de su intimidad. El programa no sigue la estructura de la pirámide invertida, sino al revés, muestra una pirámide en la que se va ascendidendo de peldaño y dinero ganado conforme más atrevidas sean las preguntas. La máquina determina si el participante dice la verdad o no delante de la mirada abochornada de sus familiares y amigos.



En cuanto a La Noria, parece ser que es una versión avanzada de Salsa Rosa o Dolce Vita. Ya no se entrevistan a famosos o conocidos durante las cuatro horas que dura el programa, si no que se intercala con debates acalorados sobre la Iglesia Católica o el PP. Además, hay que añadir que este programa es ya un experto en entrevistar a personas que han cometido delitos como Julián Muñoz o que son víctimas de la violencia machista como Violeta Santander.



La RAE define telebasura como “conjuntos de programas televisivos de muy baja calidad”. Pero esta definición es ambigua y no sirve porque también se podrían considerar bajo este concepto a los programas de las televisiones locales por estar hechos de muy baja calidad técnica.

El mundo del corazón está en declive y lo refleja los altos despidos en las agencias del corazón como KORPA. El contenido de la telebasura ha ido variando a lo largo de los años, pero lo que no ha cambiado es la cadena madre que la gestó. En la página web www.telebasura.net, Telecinco es la palabra más grande dentro de la categoría de etiquetas. Además, si ponemos en Google “telebasura”, el buscador te lleva a la página web de Telecinco. Parece que las máquinas no son tan tontas y dicen la verdad.