
Suena el teléfono. ¿Vanesa? ¿Me has llamado antes verdad? Su historia ya está en la base de datos. La redactora la somete a todo tipo de preguntas y le garantiza que lo que le cuente será secreto. Le asegura que no está registrando nada, pero se sienten las teclas del ordenador. Le llega a preguntar si su hermano la maltrata y si trafica con drogas. Vanesa no quiere contestar, pero la organización insiste. Ante la petición de más dinero, la redactora le dice que 30 euros no están nada mal y le pregunta que si le parece poco dinero. Sinceramente, por una historia de un hermano ladrón, maltratador y nacotraficante… sí.
Vanesa podría ir al programa el próximo martes si quisiera. Luego, El Diario se encargaría de llamar a su hermano y citarle diciéndole que “le iban a dar una sorpresa”. Él no cobraría nada, por lo que la historia saldría a 15 euros por persona. Además, la reportera le dice que le ayudaría a decir lo que tiene que decir.
Esto es lo que cuesta la intimidad en El Diario: 30 euros. Además de las promesas falsas de personas desinteresadas que pueden dar dinero y ofrecer un trabajo a un personaje ficticio que está en apuros económicos. Todo tan falso como Vanesa. “Todo lo que puede pasar aquí es positivo”, asegura la redactora. A ella no le importa que Vanesa sea en realidad Sintijeras ni que haya delitos de por medio. “Yo no tengo ningún interés en llamar a la policía”, dice.