domingo, 16 de agosto de 2009

¡¡AACHUSSS!! JESÚS... MARÍA Y JOSÉ Y TODOS LOS SANTOS



Vivimos en la sociedad del miedo y del pánico. Decía el otro día Antonio Gala a propósito de una entrevista que la palabra pánico viene del Dios griego Pan, que era el dios de la sexualidad masculina desenfrenada. Este dios y Dionisio eran casi primos hermanos y se pegaban unas borracheras, que a saber lo que harían entre tanto vino y desenfreno.

En la actualidad hemos optado por uno de los significados que recoge la RAE, que define pánico como "miedo extremado o del terror producido por la amenaza de un peligro inminente, y que con frecuencia es colectivo y contagioso". La Gripe A encaja perfectamente dentro de este significado, es decir, está generando un pánico en nuestra sociedad que no sólo ha sido exagerado por los medios de comunicación, sino que también lo han apoyado las autoridades sanitarias y el poder.

El Gobierno se ha gastado tres millones de euros en poner publicidad en el mobiliario urbano para recomendar a los ciudadanos que se laven las manos, que tiren los pañuelos usados, etcétera. Y no sólo eso, hace poco el Colegio de Médicos de Madrid nos sorprendía con una frase que más bien podría provenir del Vaticano: no beses, no des la mano, di hola.

El problema de todos estos mensajes es que estamos difundiendo una cultura fría, más propia de los países nórdicos que de España. Si una de las cosas más preciadas de nuestras relaciones sociales es el contacto y el roce, ahora queremos que se pierda. ¿Acaso estamos locos o qué coño pasa? En una sociedad que está en continuo movimiento, viaja, se relaciona al día con cientos de personas, vive con más gente... es absurdo que estas recomendaciones sean tan efectivas.

Aquí los únicos que van a hacer caja van a ser las empresas de gel, porque ahora a la gente le va a entrar la obsesión por estar descontaminados. Según estas autoridades, se tendría que acabar el ligar, las salidas nocturnas, el cigarro en el descanso del trabajo... Parece que lo único que se va a poder hacer es trabajar, como si ahora el trabajador no tuviera derecho a cogerse una baja por dos semanas de enfermedad.

Es cierto que se trata de una pandemia y que en España hay más de 14.000 contagios de gripe A, que ha han muerto 10 personas y una de ellas no tenía ninguna enfermedad crónica. Pero sólo en Andalucía murieron el verano pasado 63 personas por SIDA. Y eso, por no hablar de más cifras en los países del tercer mundo. Dejémonos de tonterías y volvamos a recuperar el significado griego de pánico y, por tanto, no perdamos el contacto y sigamos besándonos y rozándonos, apretándonos de la alegría y no olvidemos de abrazarnos entre copa y copa. Que eso, a veces, también cura.


Operación pandemia

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